Ibiza. Un destino muy solicitado en la época veraniega. Empieza la temporada, el (mini) aeropuerto se llena de gente de todas partes, los taxis se multiplican, los propietarios de hoteles y apartamentos se frotan las manos, los hamaqueros muestran sus mejores sonrisas y los/las relaciones públicas de las discotecas se pasean por las playas para lograr adeptos a las fiestas nocturnas. Aquí no hay clases de gente ni formas de vivir. Todo es uno. Todo queda impregnado por el espíritu que emana la isla.